Según Anderson (citado por Santana, LLópiz, Sugasty, Gonzales & Valqui, 2021) afirma que:
La disgrafia por su parte es un trastorno de tipo funcional que afecta a la calidad de la escritura del sujeto, en el trazado o la grafía. Se llama disgráfico al que confunde, omite, une o invierte sílabas o letras de forma incorrecta. Se considera como disgráfico al alumno que comete dos o más tipos de incorrecciones, al que tiene las aptitudes mentales y sensoriales normales y ha sido escolarizado. El número de casos es mayor en los niños, con un 60% más que en las niñas. (p.4)

Por tanto, la disgrafía afecta el desarrollo normal de la escritura porque produce una serie de dificultades para realizar textos escritos, en ocasiones este trastorno del aprendizaje puede pasar inadvertido, considerando que suele confundirse con tener mala letra, pero esto va más allá y necesita ser tratado a tiempo para que sus síntomas no avancen y produzcan más adelante un grave problema de aprendizaje.
De ahí que, es importante identificar los síntomas que se manifiestan principalmente por tener una letra extraña y difícil de entender, distinto tamaño en las letras, escribir lento, falta de coordinación y dolor en los músculos de la mano, dificultades para sostener el lápiz correctamente, hacer trazos, formar y organizar letras, presentan posturas incorrectas al escribir, letras escritas al revés, cambiar y confundir letras, son algunos de los indicios que permiten reconocer la disgrafía.
Por ejemplo, Hernández, G. solo distingue dos tipos: las disgrafías adquiridas y las evolutivas. Las primeras son aquellas que afectan a personas que aprendieron a escribir adecuadamente, pero han perdido parte de esta habilidad debido a un traumatismo o un accidente cerebral. Y las segundas son dificultades en el aprendizaje de la escritura sin haber una razón aparente que justifique dicha dificultad.
Sin embargo, hay autores que, además de estas dos disgrafías, hablan también de la disgrafía fonológica, superficial, mixta o profunda y motriz. Castuera, (2010) incluye la fonológica, superficial y motriz dentro de las disgrafías evolutivas. (…). Hernández y Castuera (citados por López, 2016, p.10)
En cuanto a las consecuencias que produce la disgrafía en el aprendizaje, conlleva a retrasar la adquisición de conocimientos, frustración al no poder escribir bien, menor rendimiento académico, esforzarse más para realizar las tareas, baja autoestima, limitaciones en las habilidades de motricidad fina y complejidad para coordinar los movimientos pequeños a la hora de hacer trazos para formar las letras.
Existen diversas herramientas digitales que sirven de apoyo para tratar este trastorno de aprendizaje, entre ellas están las aplicaciones como: LetraKid y Modmath, la primera aplicación ayuda con el trazo de las letras del abecedario, siendo una herramienta útil para el conocimiento y repaso y la segunda aplicación encaminada para que niños con disgrafía puedan resolver problemas matemáticos sin utilizar lápiz ni papel; también hay otros softwares donde a través de juegos divertidos pueden superar sus dificultades.
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